No necesitamos un Banco para nuestros servicios bancarios básicos.
Somos un país absolutamente bancarizado, con una tasa cercana al 100%, por lo que todos nuestros hábitos y tareas básicas las hacemos en entidades bancarias. Sacamos dinero, abonamos recibos básicos como: luz, agua, teléfono, comunidad, seguros, cotizaciones a la seguridad social o impuestos, cobramos nuestras nóminas o pensiones, etc. Yo me pregunto, necesitamos realmente un banco para lo básico? Creo que no.
Hay que tener en cuenta que cada vez, quedan menos oficinas bancarias en nuestras ciudades y casi ninguna en el mundo rural. Seguro que alguna oficina que teníamos cerca, la han cerrado, con lo que tenemos que desplazarnos más que antes. Además al concentrarse más clientes en esas oficinas que quedan y tener menos personal, cada vez nos atienden peor y nos cobran más por todo.
Nos cobran por extraer dinero, por consultar saldos, por administración, por mantenimiento, por emisión de tarjetas, por devolución de efectos, por descubierto, por reclamación de posiciones deudoras, por ingresar en la cuenta de nuestra comunidad de vecinos, de la que somos copropietarios, por pagar el alquiler, por pedir extractos, en definitiva, como dice un buen amigo mío,” nos cobran casi por respirar”.
Yo ya llevo diciendo unos años que por qué los servicios básicos, como pagar la luz, el agua, el teléfono, el alquiler, los seguros, impuestos, multas de tráfico, cobrar nóminas, pensiones, etc, lo podamos hacer en el supermercado, la farmacia, la administración de lotería o en la gasolinera.
Ya hay alguna iniciativa como Twyp Cash, de ING, que permite acceder a su dinero al realizar compras en algún supermercado y gasolinera.
Que fácil sería ir al supermercado a comprar lo necesario para la semana y poder pagar la comunidad, la luz, el teléfono, incluso llegado el momento el impuesto de circulación , el IBI, la multa de la ORA, o sacar dinero hasta cierto límite. Seguro que sería más accesible y más barato.
Solamente hay que ver la situación del mundo rural, donde muchas personas mayores, no tienen entidad bancaria, ni cajero en su pueblo, pero si tienen supermercado, farmacia o gasolinera.
Incluso estoy seguro que en los supermercados no nos cobrarían comisiones por estos servicios bancarios básicos, ya que nos fidelizarían como clientes, con lo que aumentarían sus ingresos por compras. Lo mismo ocurriría en una gasolinera, farmacia o administración de loterías.
Por todo esto, soy partidario de nuevas iniciativas, que favorezcan el acceso a los servicios bancarios básicos y necesarios de cualquier ciudadano medio, sin necesidad de acudir a una entidad financiera, para así dar mejor servicio, más barato y este ser accesible. Ahí lanzo el guante.
Juan José Santos
Abogado
Acosta&Santos Abogados